Cultura

AMSAFE despide a Juan Gelman

Desde AMSAFE despedimos al compañero Juan Gelman y elegimos hacerlo compartiendo un homenaje que hiciera nuestra Central de Trabajadores de la Argentina, además de un texto maravilloso de la Agrupación HIJOS Capital. Recordamos que el prestigioso poeta argentino falleció el pasado 14 de enero en México, donde residía desde 1988 junto a su esposa, Mara La Madrid.

HOMENAJE DE LA CTA: «De los juanes y juanas de la CTA al poeta Gelman»

No debería parecer algo extraño que una organización de trabajadores rindiese homenaje a un poeta. Pero lo parece, no obstante.

Juan Gelman falleció, en México, y los juanes y juanas de la CTA, aquí en Argentina, en la tierra natal de Juan, quisiéramos ser más juanas y juanes que nunca.

Para que no cayera en el olvido.

Para que nos siguiera poemando la lucha y la memoria.

Para que volviera siempre, troileanamente, a pesar de esta partida.

Para que la palabra trabajo no abandonase nunca su belleza.

Para que los Ingalinella, los Emilio Jáuregui y todos los caídos y levantados, Rodolfos, Pacos y Haroldos, sean, como él los quiso, poema y bandera laburantes.

Para que bronque la gilada. Y los patrones. Y los botones. Y los traidores. O sea, quisiéramos hoy ser más juanes y juanas que nunca para que este homenaje no le parezca extraño a nadie y, mucho menos, a quienes Juan Gelman combatió.

«HASTA SIEMPRE, JUAN» (HIJOS Capital)
Fue es esta historia, es esta historia, la que nos rompió los nombres familiares y nos ha hecho decirle mamá a una abuela o papá a un abuelo. Fue esta historia, es esta historia, la que nos hace repensar qué es un “héroe”, qué es un mito: lejos de los mitos y los «héroes» intocables, están los hombres y mujeres, compañeros y compañeras, abrazables.

Ahí se va Juan, a alguna reunión con Rodolfo, Paco y otros tantos compañeros. Allá se va Juan, a contarles a los 30.000 que pudo encontrar a su nieta Macarena. Allá va Juan, a contarles a su hijo Marcelo y a su nuera María Claudia cómo es Macarena Gelman, cómo es esa vida que no pudieron matar. Se va Juan, a ese tiempo de los pasos eternos, a contarles a nuestros padres y madres que todos ellos siguen vivos en nuestras luchas.

Allá va el compañero, nuestro padrino, nuestro poeta, a seguir apalabrando el mundo, a seguir mirando con ojos de dolor y esperanza. Allá se va Juan Gelman: al lugar más justo al que pueda ir un hombre como él. Como todo compañero, como todo hombre comprometido y solidario, se va para quedarse para siempre en esta tierra que no tiembla por el miedo del pueblo, sino por el temor de los vendepatrias ante tantos hijos de la revolución.

Juan vino con León Gieco al primer encuentro nacional de H.I.J.O.S.: ahí se hicieron nuestros padrinos. Vaya a donde vaya, se llevará la condena social para todos los asesinos de nuestro pueblo. Podrá decirle a Rodolfo Walsh que ya pusimos a Videla, Astiz y más de 500 genocidas en el tacho de basura de la historia. Allá va Juan, a decirles a los 30.000 que no hubo impunidad que nos derrotara y que para los masacradores de nuestra Patria no existe Ni el flaco perdón de Dios.

Ahora nos queda a nosotros el orgulloso deber de decir que lo mantendremos en la memoria de la historia, en el relato que hará que nadie deje de saber quién fue Juan, a pesar del paso de los años. Empuñamos su memoria: les diremos a todos que Juan fue un poeta del tiempo, un compañero de la ternura, un respetuoso amigo de los recuerdos de sus amigos. Con humildad y sencillez, de las características más destacables de un compañero, abrió sus puertas para buscar la verdad colectiva, dio sus hojas para que Walsh despidiera a Urondo. Allá va: se lleva en los bolsillos nuestros abrazos para los 30.000. Hasta siempre compañero, gracias por el amor.